L E C T U R E S A T U N I V E R S I T Y O F B U E N O S A I R E S 9 1 7 arrastre aquella sustancia hipotética. Es, pues imposible explicar el resultado negativo de la experiencia de Michelson admitiendo el arrastre del éter, ya que esta suposición está en abierta contradicción con la hipótesis a que conduce el fenómeno recientemente enunciado. Para conciliar estos resultados es menester recurrir a otros pensamientos. Hemos hablado hasta ahora de la óptica y es ineludible, llegado a este punto, volver la mirada a los fenómenos de la mecánica. Existe, en experiencia, una diferencia esencial en- tre los fenómenos ópticos y electrodinámicos y los mecánicos, pues [sai]entras en aquéllos de acuerdo con la teoría de Lorentz, existe un sistema privilegiado: el éter en reposo, en ésta no puede lo mismo. Los fenómenos mecánicos están regidos por el llamado principio de relatividad que en su estricto sentido significa que ofrecen la misma apariencia a todos los observadores que pertenezcan a sistemas que se mueven relativamente con movimientos traslatorios rectilíneos y uniformes. Si, por ejemplo, una persona se para sobre una balanza de resorte, la indicación que ésta da de su peso, es la misma se encuentre ella en reposo so- bre el pavimento o dentro da un ascensor que se desplaza con movimiento uniforme. Como es notorio, esto significa que no es posible denunciar el movimiento de un sistema cuando es rectilíneo y uniforme por experimentos internos de naturaleza mecánica. Por otra parte, las leyes mecánicas referentes a uno de aquellos sistemas siguen rigiendo en los demás. La experiencia de Michelson muestra también que es imposible por experimentes ópti- cos llegar al conocimiento del movimiento rectilíneo y uniforme del sistema, lo que signi- fica que aquel principio de relatividad es válido no solamente para la mecánica sino también para la óptica. Sin embargo, se presenta la cuestión de si para esta rama de la física es posible, lógica- mente admitir la valides de la ley de relatividad restringida, ya que existe un hecho que parece contra regirlo, pues si se sienta el postulado, que está de acuerdo con la experiencia, de que la velocidad de la luz es constante, vale decir, independiente de la velocidad de la fuente que la emite, resultaría que el camino recorrido por las ondas en un segundo a lo lar- go de un vagón en reposo,. tendría un valor distinto del que se observaría si estuviese en movimiento, lo que contradice justamente aquel principio, ya que la ley de propagación se- ría diferente para dos sistemas que se desplazan relativamente. La constancia de la velocidad de la luz parece, pues, inconciliable con el postulado de relatividad. Que eso es sólo una apariencia lo evidenciaremos en la próxima conferencia. El profesor Einstein prosiguió su ciclo de conferencias [30 March 1925] Contradicción entre los resultados de la experiencia de Michelson y el principio de la cons- tancia de la velocidad de la luz— El doctor Einstein comenzó recordando que en la conferencia pasada se hab\ia hecho ostensible la contradicción que en apariencia existía entre los resultados de la experiencia