D O C . 4 8 1 P H Y S I C S A N D T H E E S S E N C E O F T H I N G S 7 5 7 bar los fenómenos perceptibles por los sentidos que le ofrece un telar ascerrado en una caja. ?Ha conseguído la física teórica algo en el sentido indicado? Es posible que tiene por completo su misión? Hay que contestar afirmativamente a la primera pregunta y probablemente en sentido negativo a la segunda? Este se desprendo del mejor modo acaso de una breve consideración sobre el desarrollo de la física teórica. La física teórica, tal como existe hoy, se inició hace menos de trescientos años con la teoría del movimiento en la forma en que la establecieron Kepler y Newton. Se podría tal que caracterisar su desarrollo. Iniciado por estas des hombres de ciencia adaptando un programa []ro para la construcción mencionada más arriba: la materia se compone de mucha elementales (puntos materiales) muy pequeñas y eternamente variables. Todo lo que ocurre en la naturaleza es un movimiento de esos puntos y el movimiento se efectúa de tal modo que la aceleración de cada pun- to queda determinada por completo por su posición momentánea con respecto a to- dos los demás. Una vez establecida la ley de esta dependencia (ley de fuerza), corresponde exclusivamente a la matemática la averiguación de los posibles fenó- menos. Fué enorme la fecundidad del método comprendido en este programa Newton consiguió con el mismo mediante su ley de fuerza de gravitación en completa y su- til concordancia con la experiencia, la descripción del movimiento relativo de los cuerpos celestes, las variaciones periódicas de la dirección del eje alrededor del cual gira la Tierra (precesión), y las marcas. Los fenómenos del choque de cuerpos, el modo de funcionar la máquina mecánico-técnica, las observaciones que se hacen con el péndulo y el giróscopo, en una palabra, todos los fenómenos de movimiento que se observan en los cuerpos sólidos podía predecirse matemáticamente. Tam- bién los procesos provenientes de deformaciones en cuerpos pesados se pueden re- conducir a esa base fundamental. Se podía hacer concordar con esta teoría las ondas de agua, los fenómenos de corrientes en líquidos, las ondas del sonido, las deformaciones elásticas y las oscilaciones de cuerpos sólidos y líquidos. En la mecánica de los cuerpos rígidos y de los deformables se hacía uso sola- mente de las ecuaciones mecánicas, pero no de la hipótesis de que la materia se compone de puntos materiales (átomos). La mecánica podía desarrollarse sin hipó- tesis sobre la estructura fina de la materia. Esto tiene la ventaja de que se puede operar con éxito mediante un número reducido de hipótesis, pero tiene también el inconveniente de no enseñarnos nada sobre la constitución intima de la materia. Es- ta, que ya reclamaron los atomistas de la antigüedad (Epicuro), desempeña un pa- pel importante en las ciencias exactas solamente desde hace poco más de un siglo, y fueron ante todo la química y la mineralogía—ciencias que llevan hasta cierto
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