7 3 4 D O C . 4 6 7 F L E T T N E R S S H I P A y en B y el viento no ejerce efecto alguno de fuerza sobre el cilindro. Mas supon- gamos que el cilindro está girando en la dirección que indica la flecha R. Debido a esto la corriente del viento que pasa al lado del cilindro se reparte de un modo no uniforme a ambos lados del mismo. Es que el movimiento giratorio del cilindro acelera en V el movimiento del viento, mientras lo entorpece en A. Bajo la influen- cia de la rotación, se forma al lado del cilindro un movimiento cuya velocidad es mayor en B que en A. La presión es por eso mayor en A que en B, y se ejerce sobre el cilindro una fuerza de la izquierda a la derecha y se utiliza esa fuerza para obtener la propulsión del buque. Se podría creer que un cerebro incentivo concebiría por si sólo la idea, es decir, sin un impulso externo. Mas en realidad ocurrió lo siguiente: Se había observado que cuando se hacen disparos de cañón el proyectil se desvía considerablemente de la trayectoria de su dirección original, de un modo irregularmente variable, aun cuando reina perfecta calma. Este fenómeno singular debía forzosamente, por ra- zones de simetría, tener relación con el movimiento de rotación de los proyectiles, porque era difícil encontrar otra razón para explicar la simetría lateral de la resis- tencia del aire. El profesor de física Magnus, de Berlin,[5] encontró a mediados del último siglo la explicación exacta de ese fenómeno que tanto habla perturbado a los peritos del ramo La explicación de Magnus es la misma que la que acabamos de dar de la fuerza que se ejerce en el viento en el caso del cilindro de Flettner pero un proyectil que gira alrededor del eje vertical reemplaza al cilindro Z, y, en lugar del viento, tenemos el movimiento relativo del aire contra el proyectil que vuela. Magnus confirmó su explicación por ensayos que hizo con un cilindro giratorio que no difería considerablemente de un cilindro de Flettner.[6] Algo más tarde descu- brió el gran físico inglés lord Rayleigh el mismo fenómeno, independientemente de Magnus, en pelotas de “tennis”, y dió igualmente una explicación acertada.[7] En los últimos tiempos hizo el conocido profesor Prandtl prolijos estudios experi- mentales y teóricos acerca del movimiento de líquidos en los cilindros de Magnus,[8] y en esa ocasión ideó y ejecutó casi toda la construcción realizada por Flettner. Este último vió los experimentos de Prandtl[9] y sólo entonces se le ocurrió la idea de emplear esa instalación para reemplazar las velas. Cabe preguntar si a otro se le habría ocurrido también pensar en esto. Published in La Prensa (Buenos Aires), 13 April 1925, p. 10. Transcribed from a low-quality original. See the preceding document for annotation.
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